miércoles, 12 de junio de 2013

Hay algo que decir



Hoy voy a difundir un artículo de opinión de Tere Sáez: 

Justicia para Ada. Justicia para todas

Ada ha sido brutalmente asesinada. Los responsables no han sido las mafias  de este u otro país (Que no quiere decir que no tengan responsabilidades). Ada ha sido asesinada por ser mujer negra, inmigrante y prostituta  y lo ha hecho un  machista autóctono, el maestro Shaolin,  no por un arrebato o por  impulso incontrolable. Lo ha hecho precisamente basándose en su vivencia de poder sobre las mujeres (Ada no ha sido la única) y eligiendo un blanco fácil. Por que Ada forma parte de esas mujeres que habitualmente no cuentan  en las estadísticas de violencia de género  por esa "invisibilidad" que  sufría ella y   muchas otras mujeres inmigrantes, negras y prostitutas. Mujeres que no se atreven a denunciar, que si lo hacen no son tenidas en consideración (ya se sabe, "gajes del oficio"), que desaparecen y/o son asesinadas y   nadie las contabiliza como victimas de  esta violencia, o que día a día tienen que aguantar  multitud de agresiones sin  poder dar la cara por miedo.

El maestro  Shaolin, la ha asesinado por considerarla  objeto, inferior,  propiedad de él y de todos, mujeres  que no tiene derecho a decir NO a sus deseos.

La violencia machista  procede de una larga historia de desigualdad de derechos, una historia en la que las mujeres son sometidas por algunos hombres en connivencia con un poder patriarcal que ha sido, y aún es, su escenario, su soporte, su aliado y su cómplice.
Es una  violencia ideológica o física  que persigue la dominación a través del terror. Y en este caso lo ha demostrado a la perfección
El asesinato de Ada no esta lejos en el fondo, del cometido por Diego Illanes en el caso  de Nagore laffage hace 5 años.  La misma idea imperante:   Me siento mas que tu  que eres un objeto a mi servicio. Y además por ser quien soy  o por quien eres tú, tengo  posición de ventaja incluso en un proceso judicial.

Y todo esto pasa en un contexto  de  pequeñas agresiones cotidianas que pasan desapercibidas, cuando no normalizadas y promovidas,  que nos llevan a vivir con total normalidad el  goteo incesante de mujeres asesinadas. 28 (contabilizadas) en cinco meses. Todas ellas son  el cruel y trágico reflejo de una enfermedad que nos destruye como sociedad. Una sociedad  patriarcal, que no deja crecer libremente a las personas, independientemente de que sean mujeres u hombres.

No basta con salir en la foto ese día. Bienvenidas y necesarias las medidas que se tomen de urgencia, fruto de tener día si y día no, un cadáver sobre la mesa. Pero no serán más que un parche si no se ataja el fondo y se apuesta por la igualdad que se mire por donde se mire es la única vacuna posible contra la violencia de género.

Hoy por Ada, no nos queda más que indignarnos,  manifestar nuestra solidaridad y el rechazo a estos crímenes machistas. Nos queda también pedir Justicia reparadora, para Ada y para todas,  entendida como reconocimiento, respeto y restitución para ellas y sus familiares.

Pero es necesario seguir apoyando a las miles que denuncian. Animando a salir de ese infierno a quienes no lo hacen y más cuanto  más vulnerables sean. Contando con ellas, con las supervivientes cotidianas, para realmente empoderarlas, escuchando que necesitan y como quieren que se actúe. Lo que indudablemente nos lleva a cuestionar leyes que restringen y cercenan derechos diciendo quienes  si y quienes no son victimas de violencia de género y a revisar urgentemente el desarrolo de las mismas, dotándolas de recursos y personal formado en igualdad y género.

Apostando por la prevención, cuestionando la educación machista en todos los ámbitos de la vida y el sistema patriarcal
Se trata de comprender, que existe el No y que las mujeres tienen el mismo derecho a compartir la calle al igual que el resto de espacios, sin que su seguridad y derechos sean violados. Que las relaciones entre las personas deben de ser,  sean las que sean,  siempre libremente consentidas.

Cuando las víctimas de violencia machista importen como han importado otro tipo de víctimas en nuestro país, cuando los medios de comunicación apuesten a tope  por  una sociedad libre de sexismo, cuando haya  manifestación de indignad@s contra la violencia machista  es probable que  el fin de de la misma esté más cerca.

Mientras tanto sigamos poniendo cara y dando voz a las víctimas. Por qué queremos  dejar de contar muertas, para empezar a contar con las vivas.


Tere Sáez, Técnica de Igualdad. Colectivo Andrea y lunes lilas. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario